domingo, 29 de mayo de 2011

Mi Confrontación con la Docencia

Mi Confrontación con la Docencia
María Victoria Avalos Tello, curse la Primaria en la comunidad en que nací José María Pino Suárez, una localidad o rancho como hasta la fecha le llamo no es bonito quizá,  porque no tiene infraestructura; pero si miras  a cada uno de colindancias encuentras unas maravillosa obras de arte pintadas por la naturaleza, al norte un alba relumbrante que no falla en todo el año , al sur una hermosa costa con playas pintorescas rellenas de todas sus riquezas que sirven de sustento a mi comunidad y quien vive para explotarlas;  volteas al este y oeste vez un santuario divino de vegetación limpio, verde, lleno de vida, con grandes y pequeñas criaturas viviendo en esos cerros enarbolados.
Mi vida de estudiante fue colmada de desafíos, en ocasiones me inundaba la tristeza, era una niña muy insegura, cuando me enfrente al monstruo de la Ciudad, me fui a radicar a Puerto Vallarta a estudiar la Prepa, porque en mi rancho no existía esa institución social; para mí fue terrible enfrentarme, un cambio totalmente radical; mi primer estudio medio profesional fue en el área de turismo, realice una especialidad de alimentos y bebidas, en ese momento para mí era lo más ambicioso, me dedique a ser buena anfitriona, los comensales se sentían complacida de mis servicios gastronómicos. La cocina fue mi fuerte en este tiempo. Me enfrente  a un cambio familiar que me costó retroceder peldaños muy abajo, me caí de la nube y me regresaron mis papás al rancho otra vez, por lo valores conservadores e ideológicos de la gente de antes, esos estudios que habían logrado obtener, ese título que me costó jornadas de clase pero más que nada caminatas, lo había perdido.
Volví a mi rancho a empezar de cero, cada día pensaba como iba a conquistar el mundo, ya no encajaba en ese espacio necesitaba desarrollarme, opte por volver a estudiar y decidí elegir la docencia (era la única que había), fui nuevamente estudiante ingrese a la Universidad Pedagógica Nacional, “mi alma Mather”, fue mi cobijo a mi desesperanza.
La docencia me caía bien por mi humildad y mi baja estima con la que me identificaba, necesitaba algo que me sublimara; ahí encontré ese espacio que me cobijo ante ese desalojo profesional, viví el proceso formador de mi carrera con satisfacción pero no con la pasión de vocación.
En ese mismo lapso por fin llego la modernidad  a mi bello pueblo, un modulo de la  Universidad de Guadalajara, abrió las puertas a la comunidad, se ocuparon recursos humanos, maestros, administración, etc. Y no había quien los cubriera, me ofrecí y me aceptaron, no había paga, mi labor fue honorifica casi por dos años, mi perfil era de secretaría ese papel desempeñaba, pero más bien era tocóloga,  estuve  alrededor de quince años, cuando  obtuve mi título de Licenciatura en Educación;  ahí realice mis pininos docentes, cubría maestros y hasta hubo ocasiones que me asignaron horas clases a mi nombre. Por desgracia la Universidad de Guadalajara tienen sueldos muy inferiores a las necesidades de la gente costeña de este rumbo el nivel es de vida cara, no me ajustaba; Un día tire a la basura mi conformismo y le busque  por otro lado (me fui a la competencia) estaban promoviendo una prepa del Colegio de Bachilleres del Estado de Jalisco, y con todo mi corazón lleve mi expediente, obtuve el trabajo pero el puesto que me habían asignado no llenaba mis expectativas, yo quería la chamba de maestra y me la habían ofrecido para que desempeñara el mismo puesto del que venía huyendo en la Universidad de Guadalajara, de administración con atención a alumnos, nadie me entendía que  ya tenía ganas de ser maestra, fui a pelear ese lugar y por terquedad lo obtuve argumentando siempre mi formación docente, mi aspiración era para cubrir las asignaturas de Taller de Lectura y Redacción, pero ya la habían repartido, solo quedaba Ciencias Sociales y pues que me la dan.
Hubo momento que sentí arrepentimiento,  me tope que debía estudiar y prepararme esa asignatura es muy difícil, le tope pero con todos los errores que posee un maestro novato.
Hoy gracias a esa asignación que consideraba errónea me convertí en catedrática en el área histórico sociales, imparto varias asignaturas, hasta logre aprobar examen en el área de Literatura;  al igual que Esteve en su texto de la “la aventura de ser maestro” fui torpe, mediocre y enfadosa; (lo  sigo siendo no he cambiado) en ocasiones me enfado de mi rutina del mismo programa del año pasado, debo advertir que me encajo  al veinte  esa lectura,  es emocionante escucharlo en otra voz, aun cuando sabes que esa es la misma historia de todos los que nos dedicamos a dizque enseñar.
Por otro lado les quiero platicar que tuve la oportunidad de promoverme para dar clases en nivel primaria, y logre obtener la plaza ubicada muy cerca de mi casa, con la única desventaja que me toco una escuela de organización incompleta modalidad bidocente, mi asignación fue cubrir 1º, 2º y 3º, eso sí se puso bueno, imaginen nada más regresar de la prepa a la primaria, parece en chino, pero esa fue y sigue siendo mi sustento y vocación, mismo puesto pero en esferas opuestas.
En ocasiones me siento muy desdichada siento que no doy el ancho (así dicen en mi rancho) mi  preocupación es inmensa, el temor es grande por todos los desaciertos que un maestro puede tener ante un niño, futuro ciudadano de mi hermoso país.
Siempre he pensado que los maestros tenemos las varitas mágicas, que somos esas hadas de sueños que tenemos todos cuando somos niños, razón colosal por la que estoy narrando esta historia, que no se apague esa luz, también los maestros necesitamos tenerla encendida para alumbrar a esas hermosas divinidades, nuestros pequeños y segundos hijos que también se quieren.

1 comentario:

  1. Buen día Viky.

    Es un placer volver a saludarte y decirte que no te desanimes, quizá no seamos adas madrinas, pero sí las personas conscientes sabedoras que tenemos a nuestro cargo a unas personitas a las cuales explotar sus conocimientos, solo recuerda que siempre daremos el plus, pero tambien dependerá de lo que aporten los padres de familia, desde la educación en casa, los valores y sobre todo que respeten su dignidad como personas, porque de ello dependerá el éxito o el fracaso de cada quién.
    No te desanimes y seguimos adelante.
    Saludos
    Norma Avendaño

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